jueves, septiembre 02, 2021

Lazo Sagrado

Arnau y Emma Velis se casaron el sábado 7 de agosto de 1999 y tuvieron su luna de miel en una cabaña en el campo que un pariente les consiguió. Desde entonces, la familia Velis tiene la costumbre de rentar una semana el mismo tipo de casa en un lugar diferente, año tras año, alrededor de las mismas fechas de su aniversario, que coincide perfectamente con las vacaciones de sus hijos; cada uno concebido en dos de esos tradicionales retiros: Jordi en el año 2005 y Arantza en el 2007. Al menos, esa es la historia que Emma suele repetir a sus conocidos.

Sábado, 7 de agosto de 2021

Jordi salió por la puerta trasera de cristal corredizo del chalé en Canyon River, cerca de San Antonio, Texas, y regresó después de un breve paseo por el circuito que llevaba hasta la casa club. De regreso, el lugar parecía distinto al que llegó con su familia un par de horas atrás. La angustia de haber entrado al chalé equivocado se aligeró al escuchar la voz de sus padres, apagada en la distancia de un segundo piso que no recordaba.

Miércoles, 7 de agosto de 2005

Los pasos amortiguados por un grueso alfombrado llevaron a Jordi con sigilo a la habitación desde donde las voces de sus padres se volvían más nítidas conforme se acercaba. Los murmullos de sus padres pronto se convirtieron cánticos en un lenguaje desconocido. Lo que observó desde el perfil de la puerta le hizo llevarse las manos a la boca para no gritar: Emma, tumbada desnuda sobre el piso rodeada de velas y Arnau, desnudo apenas cubierto por una capa de seda negra, agachado, trazando símbolos con sus dedos mojados en alguna tinta sobre los cuerpos de ambos. Jordi, a punto de salir corriendo a buscar a su hermana, se percató de que sus padres se veían más jóvenes: Arnau sin el gris en las patillas que recientemente había empezado a teñir y Emma con su cabello largo y rubio ─no corto y rojizo como lo usaba ese año─. En esa renovada juventud creyó percibir algo en sus padres que no había notado antes: una semejanza entre ellos oculta bajo el parecido que les habían heredado a él y Arantza. En medio de ese pensamiento, una tercera voz se dejó escuchar, oscura y profunda, desde un rincón de la habitación que escapaba a la mirada voyerista de Jordi, la cual ambos cónyuges escucharon y obedecieron. Jordi empezó a sentir adrenalina correr por dentro de su cuerpo y se apoderó de él una sensación entre miedo y estimulación sexual, idéntica a los sueños recurrentes en los que tenía sexo con su madre. La voz oscura ordenó de nuevo y el acto de sus padres se volvió instintivo y animal; de mutuo flagelo y estrangulamiento. Jordi solo se percató de su erección al perderla, cuando su excitación se transformó en asco. Corrió escaleras abajo, necesitaba aire. Buscó la puerta corrediza, pero al no encontrarla, una sencilla portezuela de madera fue su escapatoria hacia la frescura de la noche. Trastabillando entre las raíces de los árboles, y, al tratar de encontrar el camino a la casa club, topó con un muelle a la orilla de un lago y alumbrado con farolas: una imagen inesperada que le parecía vagamente familiar.

Sábado, 7 de agosto de 2010

Sueño vívido o, más bien, una pesadilla: esa era la única explicación que Jordi formulaba una y otra vez en su mente para tratar de mantener la cordura. Desde el muelle, una casa detrás de los árboles con muchas luces encendidas, rodeada de autos de lujo, se revelaba ante sus ojos. Al escabullirse por entre los coches con matrículas alemanas se dio cuenta de que ya no estaba en Texas. Los enormes ventanales de la residencia le permitieron observar, en el anonimato de la noche, lo que en su interior ocurría. Varias parejas vistiendo sotanas de seda roja tan delgadas que transparentaba su desnudez, comían y bebían en medio de risas y algarabía, hasta que Emma sonó una campanilla y todos guardaron silencio. Del fondo de la morada llegaron dos mujeres con dos niños pequeños en atavíos nupciales. Jordi sabía que eran él y su hermana, y no pudo evitar notar que ambos se encontraban en un estado de trance. Los infantes fueron sentados frente a los presentes en unas sillitas junto a la chimenea y de nuevo Emma hizo tintinear la campanita. Las sotanas rojas cayeron al suelo y la reunión se transformó en una orgía. Al culminar los apetitos sexuales de la mayoría de los comensales, Emma tocó la campana por tercera ocasión. Emma y Arnau, de rodillas, hundieron una daga en sus brazos y ungieron en sangre a sus hijos. Arantza niña, tomó la manos ensangrentadas de Jordi niño, sus padres los besaron en la cabeza con ternura, y así, abrazados, los miembros de familia Velis miraron a través de la espesura de la noche directamente a los ojos horrorizados de Jordi, que acto seguido se desvaneció.

Domingo, 8 de agosto de 2021

El aroma dulzón de tocino a la sartén causó un espasmo en el estómago hambriento de Jordi, haciéndolo abrir los ojos, primero lentamente y luego de manera intempestiva: todo había sido una pesadilla. Escuchó a su madre llamando a la familia a desayunar, y tras un duchazo rápido, se unió a la mesa mirando con algo de rubor a sus padres después de haber tenido aquellos terribles sueños.

Sábado, 6 de agosto de 2022

Ese año tocó el turno de una cabaña en la sierra madre oriental mexicana, en un lugar llamado Monterreal. Arantza había terminado la relación con su novio justo antes del viaje, pero no se le veía triste, al contrario, Jordi no la recordaba tan jovial desde antes de la adolescencia. Greta, la pareja de Jordi, los acompañaba. El corto traslado les dio tiempo de recorrer el resort y convivir en familia. De regreso, encendieron la chimenea, bebieron vino y charlaron hasta que Jordi se retiró cansado y mareado a su habitación.

Martes, 13 de septiembre de 2028

Jordi camina por un parque en un día soleado, el pasto es verde y los árboles frondosos aún conservan su follaje verde. Las patas de gallo revelan la entrada del otoño. A unas decenas de metros, en un área infantil, distingue a Arantza entre las otras mamás, embarazada, dándole vuelo a un niño en el columpio. Se llena de felicidad cuando el rostro de Arantza se ilumina al darse cuenta que ha llegado. Observa sus labios moverse y dirigirse hacia el niño, quien se baja de un brinco y empieza a correr hacia él. En ese instante, el sol se vuelve tan brillante que lo deslumbra; percibe al niño gritarle algo, pero la luz cegadora consume sus palabras, los sonidos, las imágenes… todo desaparece. 

Domingo, 7 de agosto de 2022

En medio de la madrugada, a Jordi lo despertó el jadeo y el vaivén de Greta sobre su pene. El dolor de cabeza apenas le permitía disfrutar el retozar de su novia. La luz de la luna que entraba por la ventana se reflejaba plateada y monocromática en los pechos y la figura contorneada de Greta. Jordi trató de acariciar sus largos cabellos, sabía que eso le excitaba, pero no pudo o no supo alcanzarlos. Sintiéndose húmedo se pasó la mano por la frente para limpiarse, pero el sudor manchó en los senos de Greta la huella de sus dedos: todo lo que tocaba lo hacía. Pronto se dio cuenta que toda la cama estaba empapada de aquel tinte, y al seguir dando palmos descubrió a alguien de pelo largo, oscuro y lacio acostado junto a él. “Tranquilo hermano, ella no comprendió lo trascendental que eres” habló Aranza. Al percatarse que era ella y no Greta la que le hacía el amor, trató de empujarla, pero su padre y su madre estaban ahí, agazapados en la oscuridad, y con presteza sujetaron y esposaron sus muñecas a la cabecera de la cama, al tiempo que una fuerza inmensa de unas manos hirvientes aseguró sus tobillos. Una silueta encapuchada se alzó por detrás de Arantza quien, con un chasquido de dedos, hizo encender cinco sirios negros alrededor de la cama. Jordi intentó gritar al descubrir a su lado a Greta con la cabeza casi cercenada, pero, amordazado por su padre, sólo logró rasgar sus cuerdas vocales en medio de desesperados gemidos guturales, con los ojos enrojecidos, llenos de lágrimas de terror y desesperación. Con una voz tierna y maternal Emma le dijo a su marido “Mira, Arnau, justo como te pusiste en nuestra primera noche. Todo se repite”. Arnau agregó, con voz de padre apoyando a su hijo “Vamos Jordi, termina, tu hermana está ovulando y la luna está en posición”. La figura oscura habló con la misma voz que Jordi escuchó en el fondo de la habitación de sus padres años atrás, en aquella que pensaba había sido sólo una pesadilla “Dimo cameron forzi metosite brumos idumaso elibiza alfrois fuventroti”. A lo que Arantza y sus padres agregaron “Perpetúa en nuestro linaje la encarnación de Adán y Lilith, hasta la llegada de la luz eterna del conocimiento verdadero”. Emma y Arnau empezaron a fornicar sobre el cadáver de Greta y momentos después Jordi, por fin, eyaculó.

1 comentario:

Vanesss dijo...

buenìsimo, retorcido, oscuro y va y viene en el tiempo
ojalà mas gente pudiera leerlo, ojalà yo pudiera compartirlo