sábado, mayo 13, 2006

Púrpura


Circunnavego los bordes de las teclas que me indican inconscientemente cuál será el siguiente componente léxico en mi lista dinámicamente enlazada de elementos del conjunto de caracteres internacionales que denotan estas partículas gramaticales que, cuáles laboratorios clorofílicos, infectan mis estructuras ramificadas patronímicas celuloides  semánticas.


Doy vuelta en una esquina y choco contra una roca. La roca se disculpa sin saber que he tenido yo la culpa. Entonces, pienso para mis afueras: la pedrada no se hace esperar. La sangre ahora brota a borbotones y me divierto con ella. Los charcos sobre el suelo me recuerdan bellos lagos observados desde un avión. Y es chistoso, porque nunca he volado.

Entiendo que la súbita contracción del espacio-tiempo me merece algunas menciones, pero mis neuronas interrumpen su sinapsis por la falta de tan vital líquido; de aquellas plaquetas que generosas les alimentaban de O2.

 

El CO₂ que exhalo por última vez se eleva al cielo y, en conjunto con la generosa porción entregada por la enésima exhalación de mis compatriotas terráqueos, compenetramos en el pico de aquella avecilla que, sofocada, asangretiza en mis purpúreos lagos.

 




No hay comentarios.: