lunes, mayo 29, 2006

La mosca

Zumbando y revoloteando estoy
comprendo poco o nada del mundo en que vivo
mis alas se mueven involuntariamente
y me llevan con mucho esquivo.
Las charcas me invitan con olores nauseabundos,
pero el peligro acecha,
prefiero volar en la mitad de esta biblioteca
donde el aire es fresco y la ignorancia apesta.
Concernir en lo adecuado marca la pauta de lo indeseado
mas sin embargo el par trenzado me ata a este desabordado.
Comerme sin más ni más el excreto del tubo catódico
no es más que una necesidad mía en mi volar caótico.
Vuelo vuelo sin parar,
hasta que el hedor me invita a reposar.
En mi afán de limpiarme la cara con las manos nunca reparo en recordar
que siempre me he de posar en el estiércol de los humanos.

domingo, mayo 28, 2006


It is after you have lost your teeth that you can afford to buy steaks. Pierre Auguste Renoir

sábado, mayo 27, 2006

It is difficult to get a man to understand something when his job depends on not understanding it. - Upton Sinclair

miércoles, mayo 24, 2006

Oveja


Yo aquí,
en el negro espacio,
iluminada por la luz que me ciega y me hace existir para siempre en un instante...
tan blanca.
Tan blanca Yo.

Filosofía instantánea para rumiantes contemplativos que saben apreciar la vida en análisis profundos seccionados entre digestión y digestión. ¡Quien tuviera tantos estómagos!

lunes, mayo 22, 2006

En

En la vacuidad del tiempo somos.
En la soledad del pasado vivimos.
En el estrépito de la mente habitamos.
En la marea de sentimientos convivimos.
En el espíritu ligero cabalgamos.
En la canción omitimos.
En la música estamos.
En ti soy.
En mi.
Ego.

sábado, mayo 13, 2006

pensamientos absurdos en una mañana lluviosa

Descansos en los pasillos donde la cotidaneidad nos amaga con preguntas absolutas de seres inexistentes que consuelan el materialismo con el que nos enfrentamos día a día en nuestro equidistante e inmaterial ser viviente, del que de pronto, en el momento menos esperado, nos damos cuenta que nos ha dejado, y deja vacíos los encuentros de soledad mundana y compresa en reductos innatos de juventudes malsanas y ansiosas de ver hasta donde pueden hoy sus ojos cerrarse, verse hacia adentro y comenzar el viaje nada formal a través de las venas, llegar al corazón y de nuevo empezar el viaje sin fin, monótono... aburrido.

Que aburrido ser sangre, pero que divertido viajar hasta la muñeca y encontrar esa cruz de luz recién hecha, sin costra alguna, un escape al tedio del ir, venir, salir y chapotear en la tina, en la piel, resbalar por brazos y piernas, sentir como la temperatura sigue bajando, bajando hasta que un frío de muerte se deja sentir.

Que fría es la libertad después de todo.

Púrpura


Circunnavego los bordes de las teclas que me indican inconscientemente cuál será el siguiente componente léxico en mi lista dinámicamente enlazada de elementos del conjunto de caracteres internacionales que denotan estas partículas gramaticales que, cuáles laboratorios clorofílicos, infectan mis estructuras ramificadas patronímicas celuloides  semánticas.


Doy vuelta en una esquina y choco contra una roca. La roca se disculpa sin saber que he tenido yo la culpa. Entonces, pienso para mis afueras: la pedrada no se hace esperar. La sangre ahora brota a borbotones y me divierto con ella. Los charcos sobre el suelo me recuerdan bellos lagos observados desde un avión. Y es chistoso, porque nunca he volado.

Entiendo que la súbita contracción del espacio-tiempo me merece algunas menciones, pero mis neuronas interrumpen su sinapsis por la falta de tan vital líquido; de aquellas plaquetas que generosas les alimentaban de O2.

 

El CO₂ que exhalo por última vez se eleva al cielo y, en conjunto con la generosa porción entregada por la enésima exhalación de mis compatriotas terráqueos, compenetramos en el pico de aquella avecilla que, sofocada, asangretiza en mis purpúreos lagos.

 




viernes, mayo 12, 2006

Impulsos

De como hacer hablar a mi silencio, de recordar esas palabras que fluían a través de mis dedos recreando mis peculiares humores y tumores. De eso no me acuerdo.

De la resonancia de mi ímpetu, del sentir latir mi corazón al hacer lo que me apasiona creer, crear y destruir. De esa ya casi no hay.

Érase que se era un niño, y luego un joven. Ambos en una isla al pasar el tiempo. La soledad buena amiga y consejera. Observar era hermoso, pero tocar era una tentación. ¿Quién le hubiera dicho al joven y al niño que tocar quema, y quemarse adicciona?

Hoy estoy aqui envuelto en llamas.