lunes, mayo 29, 2006

La mosca

Zumbando y revoloteando estoy
comprendo poco o nada del mundo en que vivo
mis alas se mueven involuntariamente
y me llevan con mucho esquivo.
Las charcas me invitan con olores nauseabundos,
pero el peligro acecha,
prefiero volar en la mitad de esta biblioteca
donde el aire es fresco y la ignorancia apesta.
Concernir en lo adecuado marca la pauta de lo indeseado
mas sin embargo el par trenzado me ata a este desabordado.
Comerme sin más ni más el excreto del tubo catódico
no es más que una necesidad mía en mi volar caótico.
Vuelo vuelo sin parar,
hasta que el hedor me invita a reposar.
En mi afán de limpiarme la cara con las manos nunca reparo en recordar
que siempre me he de posar en el estiércol de los humanos.

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